Como muchos jóvenes nacidos en los 90's, nos prometieron un futuro brillante si optaba por la educación universitaria. Me apasionaban los estudios, así que no me costó mucho empezar ese camino.

Decidí seguir mi pasión y empecé Criminología, pero pronto me di cuenta que una carrera no era suficiente en el competitivo mundo laboral tras el Plan Bolonia.

Opté por el máster en "Investigación privada" con los mejores profesionales en investigación de España y empezaron mis desafíos. Comencé a trabajar en dos empleos simultáneamente mientras realizaba el master, uno sin requisitos formativos (ascendí rápidamente) y otro que exigía formación, pero eso sí, sin una compensación económica.

Fueron años de trabajo duro, estudio y esfuerzo.

A pesar de todo, cuando acabé el master me lancé sin mirar atrás a trabajar de ello, y entré a trabajar como Investigador Privado en una de las mayores agencias de Detective Privado de España.

¿Suena bien verdad? No todo es oro.

RESILIENCIA Y AUTODESCUBRIMIENTO

Persistí a pesar de los obstáculos, y durante los siguientes años aprendí muchísimo.

La investigación privada te permite observar y aprender mucho, pero también supone sacrificios personales y familiares. Durante tantas horas de soledad, exploré diversas opciones para mi futuro y me planteé, en contra de mis principios y mi mente, opositar a un cuerpo policial.

¿En qué momento no nos escuchamos lo suficiente?

Nunca me gustó el funcionariado.

Durante los siguientes años: trabajo, estudios, entrenos, esfuerzos, preparación de comidas, coaches, entrenadores personales.. Ahora entiendo que todo esto me formó tremendamente, y me construyó unos cimientos que son imposibles de destruir.

Como podéis imaginar, mi presente nada tiene que ver con ser funcionario, pero me ayudó a entender que

TODO PASA POR ALGO.